La presidenta Claudia Sheinbaum anunció este lunes 3 de febrero el Plan B como respuesta a la imposición de aranceles del 25% por parte de Estados Unidos a productos de México y Canadá. En su conferencia matutina, acompañada por el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, detalló que este plan contempla medidas arancelarias y no arancelarias en defensa de los intereses económicos del país.
Aunque aún no se han definido los productos a los que se aplicarán los nuevos aranceles, Sheinbaum subrayó que la soberanía nacional no es negociable. “Hay irreductibles en cualquier negociación, y uno de ellos es la dignidad del pueblo y la soberanía del país”, declaró en respuesta a los comentarios de Elon Musk sobre una posible intervención militar estadounidense en México.
Por su parte, Marcelo Ebrard informó que sostendrá una reunión con el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, para dialogar sobre la relación comercial bilateral. “Es del interés estratégico de ambos países que la integración económica no solo se mantenga, sino que crezca”, afirmó.
En cuanto a la posibilidad de una reunión presencial entre Sheinbaum y Trump, la mandataria aclaró que por el momento no hay planes de un encuentro físico, pero aseguró que la comunicación bilateral continuará. Además, reveló que ha mantenido conversaciones con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, sobre la situación arancelaria y la posición de México.
Sheinbaum también anunció que, tras una negociación con Donald Trump, se acordó una pausa de un mes en la aplicación de los aranceles. Como parte del acuerdo, México reforzará su frontera norte con 10,000 elementos de la Guardia Nacional para combatir el tráfico de drogas, en particular el fentanilo. A cambio, Estados Unidos se compromete a trabajar para frenar el tráfico de armas hacia México.
Los nuevos aranceles de Trump, que también afectan a China y Canadá, entrarán en vigor el martes 4 de febrero. La Casa Blanca justificó estas medidas como una acción para combatir el tráfico de fentanilo, señalando a México como un actor clave en la producción y distribución de esta droga. Sin embargo, el gobierno mexicano ha insistido en la necesidad de un enfoque integral que contemple la responsabilidad compartida en el combate a este problema global.